Me enamore de Ombijam cuando fui hacerle una entrevista a Pamela en la cárcel. Ahí tuve la posibilidad de conocer a los participantes del programa y conversar con ellos. Por mi histórico compromiso social era lógico que me iba encantar el proyecto.
Después lo vi crecer, empezó a trabajar con las familias, con los egresados y el banco laboral.
Actualmente esperando que se pueda concretar la construcción de la Escuela de Educación Emocional en la Unidad 6.
Es un gran debe que tenemos toda la sociedad con las cárceles, y por lo general miramos para otro lado y lo escondemos debajo de la alfombra.
Me llena el corazón de alegría cada pequeño logro que se va teniendo, cada pequeña realidad que se puede ir cambiando.
Feliz de que siga andando, que se contagien más empresarios.
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